Soy Mawhrin-Skel. Los insultos, sarcasmos y sabotajes resbalan sobre mis campos de energía como la sangre, los tejidos pulverizados y la mierda de mis enemigos.
Estoy acostumbrado, haw haw.
Ya lo he dicho: soy un incomprendido.
Me hace gracia que los que se dedican en sus tertulias al comadreo más indecente y aprovechan los viajes y quedadas para esparcir la mierda que luego pongo a secar aquí a la vista de todo el mundo, tengan los santos cojones de criticarme por ello. Joder, mucho peor es murmurar a traición y por la espalda (incluso de sus supuestas amistades) y de esos nadie dice nada. Son los mismos que si supieran que soy Flere-Imsaho (¡UY!, se me escapó, haw haw haw) me retirarían la palabra. Los mismos que ahoran me insultan y vituperan, y preguntan en todas partes como aprendices de Harry el Sucio por mí, son los que hace poco me contaban, con una sonrisita perversa en la boca hedionda, delante de un whisky, todo tipo de cuentos maliciosos. Jajejijojú.
¿Creéis que aquello de la mujer fatal (Natalia Cervera, acusada por medio fandom de ser una pelandusca liante) lo inventé yo? Pues no, simplemente algún amiguete de un amiguete excretó el subproducto de su mente enferma y se lo hizo tragar a alguien más, como siempre hacen estos personajillos: "lo sé de buena tinta", "mi fuente es superfiable", "lo vi con mis propios ojos". Y ese alguien se lo contó a otro alguien, ligeramente adornado para hacerlo (supuestamente) más jugoso. Y ese alguien me lo contó a mí, un agente de Circunstancias Especiales infiltrado en el Orbital Fandom, en órbita alrededor del ombligo de Rudy, Rafa, Juanmi & Friends.
¿Pero cuándo he dado yo un rumor por cierto?, ¿cuándo he intentado colarlo como si fuera una información fidedigna?
Aquí se exponen los rumores como tales, sin hacerlos pasar por noticias. Los pongo donde todo el mundo puede verlos, donde pueden ser discutidos, debatidos, desmentidos, explicados, rebatidos. Aquí, las
víctimas de esos rumores pueden defenderse.
La única manera de conjurar el mal que causan los rumores es exponerlos aquí como lo que son, dejando claro que carecen de fundamento si es el caso; sacarlos fuera de los ámbitos privados de las tertulias y las quedadas, que es donde nacen y proliferan.
¿Qué hago yo? Me haco eco del rumor, públicamente, lo expongo al cálido viento del análisis y la dorada luz de la discusión. Y sometido a esos elementos, se reseca y muere.
Sí, sí, mi tono burlón. Sí, sí, mi mala uva. Sí, sí, mis... ¿mis intenciones? Mis intenciones os las inventáis, ¿para qué preguntar, verdad?
Primero, me mueve la curiosidad.
Con solo escribir su apellido donde él podía verlo, sé que Juanma Barranquero no tiene intención de dirigir Gigamesh, que no lo haría aunque se lo pidiesen, que no tuvo nada que ver con el despido de su tocayo, que la relación entre ambos sigue siendo cordial. De él, directamente de él. Igualmente han quedado expuestos y reducidos a la nada los nauseabundos rumores sobre la intervención de Natalia en el asunto.
Segundo, la mala leche.
Qué fácil es dejarse llevar por el cotilleo, ¿eh? Pillines. Es excitante, un goce perverso, aún mejor porque se comparte con otros en la intimidad. Se dicen las mayores barbaridades de gente inocente a la voz de "¡que no salga de aquí"!, sabiendo que tarde o temprano todo el mundo estará repitiéndolas.
Dime, dilecto lector, que nunca te has creído un cotilleo, que nunca se lo has contado a otros, que estás libre de pecado. Dime tú, que con tu visita a este humilde agente secreto sumas una más a las 728 de esta semana, que has venido para admirar mi estilo literario. Igual hasta me lo creo, haw haw.
Cuánto hipócrita.
Otra cosa: es muy fácil delegar la responsabilidad de todos los rumores en quienes los crean o plantean y/o propagan, o en quienes se hacen eco de ellos. Pues resulta que no siempre es así. Es más, en la mayoría de los casos no es así. Por lo general, los rumores surgen como respuesta a la falta de transparencia. Y a veces (en realidad, muchas veces) los rumores aciertan a dar en la verdad. Por eso son tan incómodos.
Otras veces, en el rumor no hay más que ganas de hacer daño a alguien. Pero yo tengo la conciencia tranquila: es un rumor, sólo un rumor, y no es mi rumor. Pero el rumor existe.... Y debe ser destruido.
¡Jajejijojú!